domingo, 9 de diciembre de 2012

LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y EL RÉGIMEN PARLAMENTARIO.


Los partidos políticos
En 1891 comienza la república parlamentaria. El triunfo de la revolución tuvo todos los caracteres de una restauración de la legitimidad tradicional y, a la vez, de una victoria de los congresistas sobre el poder ejecutivo que significó la instauración del régimen parlamentario, en que el Congreso tiene supremacía política sobre la autoridad del Presidente de la República.
La clase dirigente que no era ya una oligarquía de plutócratas y de aristócratas, controlaba el gobierno por intermedio de los partidos:conservador, liberal, nacional y liberal-democrático.

El Partido Conservador: Era en aquellos tiempos una poderosa fuerza de opinión constituida por elementos de la clase alta, de la clase media y de las masas populares, unidos por el sentimiento religioso.
Su principal fuerza electoral la constituían en las provincias centrales los inquilinos de las haciendas y la nutrida opinión católica de las ciudades.
El programa y las tendencias del partido seguían siendo los mismos que en el período anterior. Sólo discrepaba de los otros partidos históricos en los asuntos relacionados con la educación y la religión. Sus jefes fueron Walker Martínez, Fernández Concha y don José Tocornal.

El Partido Liberal: Era la fuerza electoral más poderosa y por eso mismo, de él salieron casi todos los candidatos a la presidencia, lo que originaba la división de sus huestes. A él hay que agregar el pequeño sector de “liberales independientes”,formado por algunos políticos liberales, sin arraigo en la opinión, pero poseedores de recursos económicos suficientes para hacerse elegir diputados en aquellas circunscripciones donde el cohecho era el único factor determinante del triunfo.
Desde el punto de vista ideológico, el doctrinarismo de los distintos puntos liberales estaba en razón directa de su mayor o menor inclinación a aliarse con los radicales o con los conservadores.

El Partido Nacional: El antiguo bando montt-varista se ha convertido ya en un grupo plutocrático de tendencias liberales, que controla la banca y el alto comercio. La posesión del dinero le daba una considerable representación parlamentaria. Sus jefes fueron don Pedro Montt y los Besa
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El Partido Liberal-democrático: En 1893 los antiguos partidarios de Balmaceda, reunidos en la convención de Talca, echaron las bases del partido liberal-democrático, que tuvo raigambre en la masa popular, seducida por el trágico fin del dictador y por el recuerdo de la abundancia de trabajo y el alza de salarios que hubo en su administración. De acuerdo con los principios del mandatario, se declaraba el defensor del poder ejecutivo fuerte; pero en la práctica contribuyó a afianzar la dictadura irresponsable del congreso, a debilitar el poder presidencial y a aumentar la anarquía parlamentaria oscilando entre la alianza con los radicales y la coalición con los conservadores, según soplasen o no vientos liberales. Su jefe fueJuan Luis San Fuentes.

El Partido Radical: Se organizó sólo en 1888, sobre la base de asambleas, y luego trajo a sus filas a elementos de la clase media formados en los liceos fiscales que, conjuntamente con la educación primaria y la Universidad, llegaron a convertirse en una especie de patrimonio del partido, más que todo a causa de que las gente de alta clase media liberal o conservadora preferían otras actividades más lucrativas que la de enseñar a la juventud.
Después de la muerte del patriarca Matta pasó a ser Mac-Iver la figura más sobresaliente del radicalismo; pero su liberalismo económico de corte inglés ya no se avenía con la hostilidad hacia las clases ricas que manifestaba la mesocracia que había invadido sus asambleas democráticas. De aquí que, bajo la influencia de Valentín Letelier, se terminara por incorporar el principio de la “justicia social” como aspiración del partido (1906).
El radicalismo se había vinculado desde mucho antes a la masonería, institución fundada en Chile a mediados del siglo XIX.

El Partido Democrático: Había nacido en 1887, de una rama desprendida del partido radical y como una reacción contra el individualismo que en aquella época caracterizaba a ese grupo político, que todavía se negaba a considerar el mejoramiento económico y social de las clases trabajadoras. Su jefe fue Malaquías Concha.
Este partido conquistó la adhesión de los obreros de los centros salitreros del norte y de las grandes ciudades, así como la clase de los artesanos o dueños de talleres, aprovechando para ello el sufragio universal; pero su representación fue escasa. Además el partido democrático no tardo en volver a afiliarse con los sectores más pudientes de la sociedad debiendo sufrir también una escisión al divorciarse de él en 1911 un grupo encabezado por Luis Emilio Recabarren, que pasó a organizar el Partido Obrero Socialista de Chile, más tarde llamado Partido Comunista de Chile.

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